Fui a Las Brujas a ver a mi familia creciente. No podía pasar más tiempo si verlos. Lauta, divino como siempre, e Yvo y Marce también. Un calor para chicharras. Aunque no se sentían... debían de estar acaloradas, las pobres... En el camino, -que ya recorrí unas cuantas decenas de veces- me equivoqué en cada lugar donde había que doblar. Es que el paisaje hacia allá es muy lindo. Pasé la tarde con ellos.
Etiquetas: enero
Suscribirse a
Entradas [Atom]
Publicar un comentario