Gabriela. Pre-despedida.

De tarde salí con la bici. Estaba nublado, el cielo oscuro y apenas salí de casa, empezaron a caer unas gotas esporádicas que se hicieron cada vez menos esporádicas, y en las siete cuadras que recorro para llegar a la Rambla ya se había formado una lluvia declarada. No muy intensa, pero sí unos gotones constantes. Que mojaban. Pero había sentido tanto calor durante el día que no me molestó mojarme, solamente di vuelta en el km 3 porque me pareció que tenía el viento a favor y eso es algo que aprendí. NUNCA empiezo el recorrido en bici con viento a favor. Primero contra el viento y así la vuelta, que es cuando estoy más cansada, se hace más suave. Así que fui hacia Pocitos, viento en contra. Cuando llegué a Villa Biarritz, ya estaba empapada. Pero seguía con calor, así que disfruté del insólito baño. Di vuelta y embalé hacia el Parque Rodó. Ya estaban empezando a caer rayos y a retumbar truenos. A tres cuadras de casa, la lluvia ya era aguacero manifiesto. Llegué mojada y feliz. Me di una ducha para no enfriarme.

Etiquetas: febrero

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