Con Cori fuimos a comprar el regalo de Marianita a la Ciudad Vieja. ¡Vi otra heladera flotante! En la rambla. ¿Nos invadirán las heladeras gigantes? No parece serio, pero las cosas a veces son peores de lo que aparentan. O tienen vericuetos que no entendemos, no nos quedan claros hasta que ... pufff!

Además era sospechoso el gordito con media sombra.

Parecía un habitante de heladeras, camuflado, claro.

De nochecita Ju, Enrique, Rafa y Guille salieron en el Sur rumbo a Colonia del Sacramento. No les comenté nada sobre las heladeras gigantes flotantes para no paranoiquearlos. No sé si no debería haberlos puesto sobre aviso. Espero que no suceda nada.

Etiquetas: marzo

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