No busqué más la cámara. Y de pronto, apareció. En un lugar insólito, abajo de un moisés que está hace casi un año sobre una bergere, en el patio de la claraboya. El moisés quedó ahí cuando Ju lo trajo. Al tiempo una alfombra fue a descansar sobre el moisés. De eso debe hacer por lo menos 3 meses. A veces los miro pienso que tengo que sacar eso de ahí. Pero como no sé donde ponerlos, los dejo para acomodar otro día. No ha llegado el día propicio. Ya llegará. El moisés escondió mi cámara. Capaz que se merece que lo ubique en un lugar adecuado o que lo queme, no sé. Decidir eso me puede llevar otro año.

Empieza la Santa Semana de Turismo. Recién después de esta semana el país retoma su curso, o sea, empiezan a funcionar las cosas, más o menos, como siempre, pero funcionan. A su ritmo. El gremio de funcionarios públicos (creo que es COFE, no estoy segura), ya avisó que hacen paro después de Turismo.

Alejandro y Betania se fueron a Santalu; y Marcelo, Yvo y Lautaro a Florianópolis. Los llevé a la Terminal, que estaba llena de gente que iba y venía. Mochilas, bolsos, valijas. Colas en las agencias que venden pasajes. Colas interminables. Colas para los baños, para los teléfonos públicos, para los cajeros automáticos, para los cambios, para comprar huevos de Pascua. Y la gente parecía contenta, aunque un poco estresada. Una mujer vieja y flaca caminaba hablando sola, con una lupa en la mano. Es la lupa de la Intendencia, repetía, con expresión sagaz, de ojos entrecerrados y una semisonrisa que intentaba ser amenazadora, pero era cómica. Tragicómica. Caminamos eludiendo cuerpos, masas de gente, escuchando el estruendo de cientos de voces entremezcladas. Yo me estresé. Lauta también. Pensé que lo mejor para descansar en vacaciones es quedarse en casa, tranqui. Mucho cine, esta semana también empieza el Festival de Cinemateca. El sábado –mañana- vamos a Punta del Diablo, que Cori y Joso nos invitaron a pasar con ellos el fin de semana. Y después, Montevideo de nuevo.

Capaz que después de la Santa Semana nos vamos a bajar el barco por el Río Uruguay, sin apuro.

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