Ayer el Peugeot se portó como era de esperarse. Nos trajo hasta Montevideo, fallando un poco al final, pero llegamos. Yo le daba ánimo; dale, no te achiques, dale que podés, te queremos, confiamos en ti y esas cosas que se les dice a los autos para que se sientan bien.
Fui al Festival de Cinemateca. La peli que elegí no tenía subtítulos. A los 15 minutos me fui. La siguiente, que también quería ver, tampoco tenía subtítulos. Cuando Ju volvió del Laboratorio, lo intentamos de nuevo; fuimos a ver otra que habíamos elegido con todo cuidado, estudiando el catálogo con paciencia. Llegamos al cine y no habían llevado la película. Nos fuimos a un boliche a comer panchos y a tomar cerveza, sin ponernos de malhumor.
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Etiquetas: abril
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