O sea, no hay luna. Bueno, no es que no haya, no se ve. Las noches de luna nueva son apts para lobizones y toda clase de monstruos, de seres informes e infames, y siempre, siempre, malvados. Es un día en el que urge prestar atención. A todo. Y prepararse para la noche. Salí a andar en bici y a otear el horizonte, y me encontré con unos asuntos sospechosos. Una heladera flotante en el horizonte. Disimulaba, seguro, pero debía estar observando, no me cabe duda.
Una heladera en tierra, disimulada como un horrible edificio. Y mirándola bien, tenía aspecto maligno, creo que puede estar llena de helhumanos. Por las dudas, me fui de ahí lo más rápido que pude. El resto de lo que vi, normal, siempre que los pescadores no fueran espías helumanos disfrazados. Nunca se sabe. Pero no hay que ponerse paranoicos. Calma. Y observar. Siempre observar.
Etiquetas: marzo
Suscribirse a
Entradas [Atom]
Publicar un comentario