La casa se llenó otra vez de gente. Desde las 8 a.m. que para mí significa estar dormida y por supuesto de pijama y bata. Y zapatones. Me preparé el desayuno como pude y encendí la estufa y me fui a desayunar al living. Puse el volumen alto de la tele para no escuchar nada. Los electricistas, el carpintero 1, el carpintero 2, Juan Carlos colocando la mesada de hierr atrás de la cocina antigua… se fueron a eso de las 4 de la tarde, y me quedé esperando a José porque mi super máquina no quería encender la pantalla. Bueno, sí se encendía, pero no abría Windows. Me agotó el estrés, José llegó después de las 7, y le sacó un programa que yo había bajado de la red porque interfería con Windows Vista, que es una porquería. No le veo la ventaja… más bien, complica.
Etiquetas: julio
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