Los ojos me quedaron hinchados, rehinchados, como globos, de llorar tanto la noche anterior. De mañana me puse algodón embebido en té. Cociné. Ale volvió al mediodía, y se quedó a ayudarme, no fue a clase. Voy a llamar al teléfono de Marce, es capaz de haber venido y no llamar, le dije. Cocinamos, cumplimos el rol impuesto por nos.

A las tres menos cuarto salí para la Ciudad Vieja con mi notebook. A mi nuevo espacio de trabajo. Copada. Estar en el fac me cambia la perspectiva. Me olvidé de Marce.

Además de los miércoles, que voy a escribir, voy a ir al fac también los viernes, a hacer un intercambio con Guille: yo le enseño a editar en Adobe Premiere y él me enseña técnicas de cine 16 mm. Re bueno.

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