AUTORRETRATO http:// 09
27.12.09
  18 de diciembre 09, viernes.

Me despertó un ruido leve, constante. Me tapé la cabeza con la sábana e intenté dormirme de nuevo, aunque no lo logré; el ruidito seguía, inalterable, cada 30 o 40 segundos. Un ratoncito, pensé, medio dormida y sin acordarme que Grata puso mosquiteros en todas las ventanas; y sin razonar, por supuesto, que un ratoncito no genera ruidos tan invariables y monótonos. Seguí en mi duermevela un rato, sin ganas de despertarme, disfrutando de esa sensación linda de estirarse, darse vuelta, remolonear. Tere, son las 9 y media, escuché la voz de Grata, vamos a desayunar. Enseguida relacioné a Grata con el sonido; era el ruido que hace la computadora cuando terminás un solitario, o un juego cualquiera. Mi pensamiento voló hasta Mario Levrero. Él también era un adicto a los juegos de la computadora.

Habíamos pedido un taxi para las 10 y media, tenía tiempo pero no podía disfrutar de mi lentitud matutina habitual. Grata tenía el desayuno pronto, y había ido un a chica a limpiar, por lo que no tuve que arreglar el colchón que ponemos en el living cuando me quedo a dormir, ni hacer nada más que ducharme y cerrar mi equipaje, que había dejado listo la noche anterior. Al levantarme sentí un leve malestar estomacal y una puntada en la frente. Mmmmmmmm... comí demasiado anoche. Comí demasiado todos los días.

Tomé de un sorbo el jugo de naranja y sin muchas ganas el café con leche y me fui a duchar.

Llegó el taxi y bajé con mi equipaje. Grata me acompañó para saludarme, nos abrazamos. Gracias por los días pasados, por permitirme conocer gente tan linda. Realmente pasé muy bien esa semana. Mi estómago seguía dando señales de cierto malestar, aunque pensé que era por el madrugón. Todos los días nos acostamos tarde. Todos los días comimos mucho. Algunos días bebimos mucho. Grata no, no toma alcohol.

Un día caluroso, por lo menos en Buenos Aires y en ese taxi que no tenía aire acondicionado, lo único que podía hacer era aspirar el aire caliente que entraba por la ventanilla abierta. Mi estómago comenzó a resentirse, creo que a causa del movimiento, el calor, y, sobre todo, los contenidos no digeridos. Comencé a sospechar que el viaje no iba a ser fácil.

Finalmente llegamos a Puerto Madero, bajé, hice el check-in y los trámites de aduana, y subí a la sala de embarque. Mi estómago estaba cada vez más resentido, y mi malestar aumentaba. Dolor de cabeza, algo de náuseas, fotofobia. Típico ataque al hígado, pensé. A esta altura, seguramente ya no vas a aprender a cuidarte. Llamaron a embarcar, y miré la cola enorme y larguísima que se formaba con rapidez. Ni pienso hacer cola. Cuando había embarcado casi todo el pasaje, me levanté y mi estómago me dijo que pasara por el baño antes de embarcar. Soy obediente en esas cuestiones. En lugar de dirigirme hacia el tubo que me llevaría el barco, me dirigí hacia el baño. Deposité con cuidado mi mochila y mi bolso en un lugar alejado de los inodoros, me saqué la pulsera y todo lo que pudiera ensuciarse, y mi boca se abrió, y en un gesto incontrolable una catarata rosada emergió con fuerza, se levantó unos centímetros y descendió como un salto ensayado directamente al water. No tiene olor a vómito, alcancé a pensar mientras repetía la acción con igual elegancia. Unas arcadas secas me retorcieron y dí por finalizado el evento. Me lavé, me enjuagué la boca –en la mochila tenía enjuague bucal que acababa de comprar- y me miré al espejo. Color a muerta con maquillaje de cajón. La frente brillaba, salpicada de gotitas de sudor. Me enjugué de nuevo, me disculpé con la limpiadora por si le había ensuciado algo y me fui a embarcar.

Fue un viaje horrible. Fue un día horrible. Tomé agua Salus con gas todo el día. Mi dolor de cabeza aumentó, y mi sueño, la fotofobia y también ruidofobia. Hubiera ahorcado unos cuantos niños que lloraban, unas mujeres que hablaban a los gritos, a la locutora que anunciaba la partida y la llegada del buque en español y en un inglés detestable. Al capitán que nos deseaba un buen viaje. No tenía fuerza para ahorcar a nadie. Ganas de estar en una cama.

Ya en casa, sillón del living conmigo, tapada hasta los ojos y con una botella de agua al lado.

Etiquetas:

 
Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]





<< Inicio
TERESA PUPPO 2009

Nombre:
Lugar: Montevideo, Uruguay
Archivos
01/01/2009 - 02/01/2009 / 02/01/2009 - 03/01/2009 / 03/01/2009 - 04/01/2009 / 04/01/2009 - 05/01/2009 / 05/01/2009 - 06/01/2009 / 06/01/2009 - 07/01/2009 / 07/01/2009 - 08/01/2009 / 08/01/2009 - 09/01/2009 / 09/01/2009 - 10/01/2009 / 10/01/2009 - 11/01/2009 / 11/01/2009 - 12/01/2009 / 12/01/2009 - 01/01/2010 / 01/01/2010 - 02/01/2010 /


Powered by Blogger

Suscribirse a
Entradas [Atom]